Cine y Psicoanálisis

Sección coordinada por Laura Kuschner
Sección coordinada por Juan Jorge Michel Fariña
Una película de amor (Primera Parte)
por Andrea Buscaldi

La película Amour de Michael Haneke resulta interesante para analizar algunas cuestiones sobre la muerte propia y de seres queridos. Tiene como protagonistas a una pareja de ancianos jubilados pertenecientes a la clase media intelectual europea: hija, nietos, mínimas tareas domésticas, libros y conciertos. Los días transcurren sin sobresaltos hasta que a la mujer le diagnostican una enfermedad irreversible y de deterioro progresivo. En ese punto, se plantea un dilema.

El señor de los anillos (o sobre el poder y la transferencia)
por Marcelo Altadonna

Si no se es un hobbitt entre los héroes es imposible la posición de analista. Por eso ocupar ese lugar sólo lo da el propio análisis, estar curado de ser el héroe en todas sus formas.

Hamlet, aprendiz de detective IV
por Hugo Dvoskin

A lo largo del texto los dos Hamlet dan algunas puntadas para minimizar las responsabilidades que le caben a Gertrudis en la podredumbre en que vive Dinamarca (…) Por un lado, en el texto no hay ninguna explicitación con relación a cuál era la vía sucesoria en el reino en aquellos tiempos (…) Por otro lado, la posición lujuriosa de la madre -que Lacan saca a la luz- y su necedad con relación al duelo quedan situadas como efecto de un desenfreno del cual tampoco sería responsable.

La dolce vita
por Carlos Paola

Toda producción artística tiene una dimensión discursiva. En tanto se da a ver, escuchar, leer, está dirigida a un otro. ¿Para quién se escribe? es el título del capítulo más extenso del ensayo de Sartre sobre literatura. Y lo primero que enseñaba Simón Feldman era que el punto de partida de toda película era definir qué se quería filmar y para quiénes estaba pensada. Entonces, ¿“qué dice” y a “quién se dirige” Fellini con La dolce vita?

Hamlet, aprendiz de detective III
por Hugo Dvoskin

“Hamlet no retrocede frente a demasiadas cosas, y no le tiembla el pulso. Lo único que no puede hacer es, precisamente, el acto que está destinado a llevar a cabo, y ello porque el deseo falta”, dice Lacan. Nuestra diferencia con esta lectura no es menor, pues si el deseo falla en Hamlet es justamente para no sentirse obligado por el espectro. Será por falta de deseo que termine cumpliendo el mandamiento del ghost allí donde el deseo lo habría llevado a formularse algunas preguntas sobre esa acción a la que lo impulsa su padre.

Lo no desapercibido del padre. Entrecruzamiento de Los crímenes de Oxford y Crímenes imperceptibles.
por Marcela Brunetti

Ubicaremos los periplos subjetivos por los que puede atravesar quien se embarca en la tarea de adaptar una novela a un guión cinematográfico. Tomaremos la adaptación de la novela de Guillermo Martínez, Crímenes imperceptibles, al film de Alex de la Iglesia, Los crímenes de Oxford. Para comenzar, trazaremos rasgos estéticos que signan la obra de Alex de la Iglesia y la de Guillermo Martínez.

Hamlet, aprendiz de detective II
por Hugo Dvoskin

De la escena de teatro dentro de la obra de teatro (…) debe tenerse en cuenta, como su nombre lo indica, que se trata de una ratonera y no de una acusación. De modo que la obra debe mantenerse a prudente distancia de los hechos para que se produzca el efecto sorpresa que es lo que Hamlet busca. Con la “escena sobre la escena”, Hamlet, personificado en el sobrino, logra su modo de volver al mundo que es el de él, el del saber (…) el develamiento de la verdad.

La vida de Pi
por Nicolás Cerruti

La vida de Pi puede ser la historia de un náufrago que vivió 227 días en un bote con un tigre de bengala adulto. O la historia de un chico con la curiosidad infinita de la fe (…) El mundo podría dividirse entre los que cuentan historias y los que se duermen con ellas, o entre los que cuentan historias para los que van a contar historias. Hablar es contar historias, la cuestión es, si sirven para despertar, cambian (…) La vida de Pi es la historia de una decisión: creer.

Kramer y Kramer, Joanna versus Ted
por Hugo Dvoskin

Ella se va. Entre discusiones y algunos empujones deja la valija dentro de la casa y toma el ascensor (…) Al espectador como a Ted (Dustin Hoffman) se le abre un interrogante que admite sólo dos respuestas: ¿se trata de un pasaje al acto o es un acting out?, más específicamente ¿se ha caído de la escena o se la dedica a su marido?

Hamlet, aprendiz de detective
por Hugo Dvoskin

La escena más famosa de la literatura universal, que se inicia con ¨ser o no ser¨ (…) se la puede tomar como pregunta por el sentido de la existencia y de la muerte. Sin embargo, conjeturamos una pregunta implícita que interroga la posibilidad de mantener su deseo por los estudios y las letras (…) o si deberá obligatoriamente seguir el mandato paterno, tomar las espadas, hacerse un hombre de armas y transformarse en un guerrero como el padre. ¨Ser como mi padre manda o mi deseo¨.