Cine y Psicoanálisis


por Pablo Daniel Billone
Billy es un perdedor nato. Cuando su madre estaba dando a luz, los Buffalo Bills ganaban un partido trascendental. La madre no ha podido superar el quedarse sin ver aquel partido en directo. La vida de este sujeto no es más que una suma de intentos de saldar una deuda simbólica con el Otro, deuda “impagable” ya que el comienzo de su propia historia tiene esa estructura: haber nacido el día en que Buffalo salió por última vez campeón. Billy elude ir más allá de su estructura obsesiva, aplastando su propio deseo, culpabilizándose de esa deuda que parece destinarlo a no existir en su propia vida.
por Mónica I. Santcovsky
Película argentina cuyas primeras imágenes se despliegan en una galería del barrio de Once. Toda la película se desarrolla en este escenario. No es casual, se supone, la intencionalidad del director en esta elección. La galería es aquello donde todo parece ser visto y la película nos transmite justamente esta paradoja: aquello que nos es transparente, palabra usada en un momento muy significativo de la película, es al mismo tiempo lo más oculto, al modo de la carta robada.
por Hugo Dvoskin
Aunque la película se titula Amores perros, sin el uso de la coma que separaría los términos, corresponde colocarla. No hay amores que no lo sean, aquí todos los amores son perros y la coma suple el verbo son. No hay ningún amor que no lo sea y cualquier promesa está condenada al fracaso. Amores, perros entre amantes, entre parejas, entre hijos y padres, entre hermanos. Ese amor perro también toca a los animales que viven esa transformación por la cual Cofy, el perro de Octavio, se convertirá en un asesino de perros.
por Silvana Castro Tolosa
¿Cuál es la frontera entre el amor y la locura? Lo podemos expresar ahora, en la serie duda/certeza. Y tal vez, si lo escuchamos a él, terminemos por hablar de continuidad, en lugar de frontera. “...la verdad es que yo tengo un concepto bastante personal sobre el amor. No creo en el amor preparado, en ese que según dicen, nace con el trato. El amor surge de improviso, bruscamente. Cuando un hombre y una mujer se encuentran y comprenden que ya no podrán separarse...”
por Gabriel Belucci
Hay una distancia entre ver y leer, distancia que nosotros, que hacemos honor a una tradición fundada en Freud, soportamos en la introducción de un intervalo que hace, del uno, dos. Si ésta es la lógica que rige todo acto de lectura, nos desdoblamos —en tanto espectadores de una película— entre la captura que ofrece la pantalla y esas otras escenas que hacen su anatomía. El custodio, austera expresión de los nuevos rumbos del cine nacional, hace eje en la vida de Rubén, un guardaespaldas cuya misión es proteger al Ministro de Planeamiento.
por Mónica Federmann
Los avatares de una época y la humanización de Jesús, que introduce el film, generan polémicas, críticas y respuestas contestatarias en los medios de comunicación, como si no se tratara de una ficción, una novela, y su puesta en la pantalla grande. Pareciera que este relato atentara contra la integridad de una institución, tal como lo anticipara S. Freud en Psicología de las masas y análisis del yo.
por Natalia Villani y Angel Manuel Elgier
“Si yo pudiera unirme a un vuelo de palomas y atravesando lomas dejar mi pueblo atrás, juro por lo que fui que me iría de aquí. Pero los muertos están en cautiverio y no nos dejan salir del cementerio.” (Pueblo Blanco, de Joan Manuel Serrat) Con esta mágica poesía de Serrat la autora nos introduce en la mágica oscuridad de Lars Von Trier en Dogville.
por Mónica Fudin Govednik
“Capaz de sentarse sobre tu corazón y ver cómo te mueres durante un año sin que se le cierre esa sonrisa de la cara...” Así describe García Lorca, a través del personaje de la criada, a la protagonista y personaje principal de esta maravillosa obra que nos da la posibilidad de pensar cuestiones de la relación madre e hija cuando la cosa no viene bien barajada y se enmaraña de tal modo que el odio hace su juego mortífero ensañándose con el amor y la pasión en esta trama familiar.
por Paola Tolcachier
Esta no es la historia de un héroe, apenas la de un sobreviviente. Se puede considerar que una de las tablas con las que este náufrago consiguió mantenerse a flote durante esos años tan oscuros fue la música, siempre presente, porque era su deseo.
por Marcelo Augusto Pérez
El último producto de Daniel Burman pinta un paisaje centrado en la relación de tres generaciones de hombres: abuelo, padre, hijo. Una película de tono psicoanalítico que nos viene a decir básicamente cómo un sujeto repetirá “la axiomática” de su progenitor con su propia progenie.