Cine y Psicoanálisis
por Antonio Las Heras
Jasón jamás se habría hecho con el Vellocino de Oro sin la intervención de Medea con sus artes hipnóticas. De la misma forma Teseo habría muerto sin encontrar cómo salir del Laberinto a no ser por la previa e inteligente acción de Ariadna. Ambos héroes prometen, a cambio del éxito, el Amor perpetuo a la Mujer Salvadora e Iluminadora que, a la vez, así lo requiere y exige. La película argentina Sangre en la boca recorre tales senderos míticos.
por Justo José Lo Cane
El título de la película tiene varias acepciones en relación con su traducción… Pero se podría interpretar como un sueño. De esta forma, Chihiro comenzaría una sesión diciendo: “Hoy traje un sueño…” Entonces, comienza la película y empieza el sueño de Chihiro. El autor recorrerá la Odisea de la protagonista hasta su despertar…
por Antonio Las Heras
“El Francesito” trae un subtítulo que parece querer prevenir sobre algo al espectador: “Un documental (im)posible sobre Enrique Pichon-Rivière”. Una prevención que sólo se entiende al terminar de ver la proyección. Y tiene relación con los sentimientos de angustia y goce que provoca en el espectador. Lo que el film narra no es lo específicamente histórico que suelen abordar los documentales de este tipo. Lo que está plasmado aquí es la biografía psicológica de Pichon-Rivière.
por Elina Wechsler
Rompiendo las olas es la historia de un exceso: el exceso amoroso femenino […] El estrago se presenta como el reverso de la autonomía femenina en cualquiera de sus ámbitos pues implica el sacrificio extremo en nombre del amor. Las mujeres desisten entonces en favor del hombre, renuncian a sí mismas en beneficio del amado al que se dedican a satisfacer. En esa satisfacción del Otro se ubica el propio goce.
por Elina Wechsler
"Rompiendo las olas" es la historia de un exceso: el exceso amoroso femenino […] El estrago se presenta como el reverso de la autonomía femenina en cualquiera de sus ámbitos pues implica el sacrificio extremo en nombre del amor. Las mujeres desisten entonces en favor del hombre, renuncian a sí mismas en beneficio del amado al que se dedican a satisfacer. En esa satisfacción del Otro se ubica el propio goce.
por Justo José Lo Cane
La película de Tim Burton, “Charly y la fábrica de chocolate”, demuestra que el “no”, la metáfora paterna, no necesariamente proviene de los padres, de los progenitores o de los hombres, sino que ese No puede aparecer en la cultura, por el lenguaje y es lo que permite a los sujetos poseer algo significativo, hacer sentido de eso que heredaron.
por Antonio Las Heras
El film de Polanski, desde el comienzo, hace saber al espectador que todo ha de suceder en un sitio cerrado, de aspecto subterráneo, oculto, desolado, casi deshabitado; bien separado del mundo exterior. Simbología precisa para entender que los hechos empiezan a desencadenarse en un ámbito uterino, el de lo inconsciente; donde las verdades se revelan aun a costa de las personas mismas.
por Gabriel Martín Yurdurukian
De un lado, una familia griega que vive encerrada por elección, desarrollando diversos rituales y neologismos que sólo ellos comprenden y sin la intención manifiesta de querer salir de esa reclusión. Del otro, una mujer secuestrada en un cuarto hace siete años por un violador, madre de un hijo de cinco que todo lo que conoce del mundo está dentro de esa habitación. Con argumentos diversos, “Dogtooth y Room” ponen en escena la idea del aislamiento y sus consecuencias devastadoras para el psiquismo.
por Hugo Dvoskin
Sarah mira al gendarme francés que sin atenuantes, sin escusas y sin excusas secunda al ejército nazi […] Sarah le dice simplemente “Jack”, sólo eso, “Jack”. Y al decirle su nombre le dice que él no es solamente un soldado del vergonzoso ejército francés ocultándose en el temor y en la obediencia debida al cumplimiento de órdenes descabelladas. Él, además, es Jack. Un sujeto con nombre, con responsabilidad. También toca el punto en el que cada uno intenta salvar su buen nombre habiendo salvado a uno, al menos uno, que justifique su presencia allí más allá de haber participado y de merecer la condena que le corresponde a todos y a cada uno.
por Hugo Dvoskin
La cámara enfoca a Paulina que camina a pie firme. No hay lugar para bajar la mirada o girar, mirar atrás, y ver qué ha dejado. Muestran su rostro. Aunque sabemos que ya tiene un embarazo avanzado, su andar no tiene huella de esos avatares. Nos adentraremos en el derrotero de la protagonista bajo la pluma avezada del autor.