Cine y Psicoanálisis


por Noelia Zerda y Nadia Silva Rey
La vida de Alfie se reduce a dos actividades: manejar limusinas y acostarse con mujeres. En el film, Alfi se dirige al espectador como si no hubiera una pantalla de por medio. Nos muestra su vida en el mismo momento en que la está viviendo, nos cuenta lo que siente, lo que recuerda, lo que piensa, análogo a la manera en que un paciente cuenta a su terapeuta los sucesos de su vida. Es una historia contada en primera persona. Su vida se guía a partir de lo que él mismo llama “la filosofía de Alfie Elkins”, la cual excluye toda posibilidad de dejar entrever alguna pista sobre su deseo. En su vida no existen grietas. Pero tres situaciones, analizadas por las autoras, dejarán ver el circuito de la responsabilidad subjetiva en que el personaje se ve conmovido en su fantasma.
por María Elena Domínguez
Freud nos ha enseñado que con hacer conciente lo inconsciente no logramos superar el trauma psíquico. Hoy, un siglo después, se intenta borrar el trauma en una suerte de borramiento de la barradura subjetiva. Extraña obsesión aquella que busca pesquisar el lugar donde se alojan los recuerdos del otro con el fin de apoderase de ellos. Neurótica naturaleza que busca anestesiar los sinsabores llevando la negación al extremo de lo no acontecido. El eterno resplandor de una mente sin recuerdos y Misteriosa Obsesión son dos films que evidencian la pendiente a la que nos conduce la orientación referida: la eliminación de los recuerdos como una suerte de eliminación del trauma. Aunque también nos permiten entrever sus impasses, los límites que la hacen tropezar: la resistencia del sujeto a la eternidad de la certidumbre.
por Marcela Brunetti
Se puede seguir la obra de Tim Burton y dejarse sorprender por la diversidad de recursos estéticos. Personajes ficticios que atrapan desde un encanto no convencional despiertan una peculiar posibilidad: la de identificarse con ciertos rasgos a la vez que, vía lo irreal del personaje, permite ubicar cierta distancia y velar lo perturbador que puede ser el encuentro con algunas posiciones subjetivas. Seres ficcionales que mientras ocultan, revelan. Hay algo que, sin embargo, no nos sorprende tanto en sus obras, y es que indudablemente Tim Burton tiene algo para decir en relación al padre.
por Elizabeth Ormart
Monsieur Pignon (Daniel Auteuil) es un individuo adaptado pero con una existencia miserable que se describe como "un desastre, sin mujer, sin hijo y ahora sin trabajo". La puerta de regreso al trabajo es "la salida del placard" expresión que en francés alude a desocultar su sexualidad, personas que buscan salir del encierro para asumir lo que son. Esta pretendida farsa de su vecino Jean Pierre Belone (Michel Aumont) ha sido calculada para reinsertarlo en su apagada existencia, pero esto no tiene retorno. El cálculo anticipa una verdad incalculable.
por Sergio Zabalza
“Interrogad al angustiado de la página blanca, os dirá quién es la boñiga de su fantasma”. Jacques Lacan. La historia narra los avatares de un escritor formado en los escenarios del Broadway neoryorkino. Barton Fink es convocado por un estudio de Hollywood para redactar el guión de una película de boxeadores. Ha llegado su hora, la gloria y el dinero lo esperan y hacia allí parte con sus ideas, con sus opiniones. Si hasta aquí el film promete la romántica historia de un escritor luchando por sus ideales, no serán los hermanos Coen quienes nos constipen con la boñiga de este señuelo. Ciertamente, poco tiene que ver su propuesta con el confort de las almas bellas. En efecto, lo que sigue es un deslumbrante repertorio donde actuación, guión y fotografía logran el mejor premio que un objeto de arte recibe de su ocasional testigo, a saber: provocar esa conmoción que -por descentrar totalmente al espectador- testimonia la crisis del imaginario que sostiene un cuerpo.
por Mónica Fudin Govednik
La autora se pregunta: “¿Por qué el cine habitualmente muestra al psicoanálisis de una manera tan poco fidedigna cuando no distorsionada en cuanto a su dispositivo y encuadre teórico? ¿Cómo es que el cine se interesa por el psicoanálisis?” Y plantea: “Quizá debamos buscar en los orígenes de este acercamiento lo que se refleja en los mitos”.
por Graciela Musachi
Una frase de Groucho Marx da bien el tipo de impasse que se plantea en este film: ¿Que por qué estaba yo con esa mujer? Porque me recuerda a ti. De hecho, me recuerda a ti más que tú. Si la frase causa risa es porque lo que pasa entre un hombre y una mujer (...) nunca se entiende del todo (...) Dado que el film se construye alrededor de cinco escenas en apres coup (que llamaré “separación, cena, parto, casamiento, encuentro”), marcaré a mi vez cinco reflexiones.
por Silvina Inés Maldini
Será el primer cuadro el encargado de darnos una aproximación teórica: "Se ha dicho que algo tan pequeño, como el aleteo de una mariposa, puede causar un tifón en algún lugar del mundo.” (Teoría del Caos) Una mariposa aleteando y un juego de superposiciones que se transforma en una imagen cerebral nos atrapa de inmediato. La historia retrocede trece años y comienza una suerte de vorágine de momentos, etapas, causas y efectos. Quedará planteada una pregunta crucial, que va a servirnos luego, para poder pensar algo del orden de la responsabilidad subjetiva en juego: ¿Qué repercusiones tendría el hecho de poder retroceder en el tiempo y cambiar determinados momentos vividos? ¿Cómo se posiciona el personaje del film con relación a este deseo de que las cosas pasaran de otra manera?
por Marcelo Augusto Pérez
El director cuenta una historia cuasi-real surgida a partir de los acontecimientos entre Turquía y Grecia. Divide la escena en tres: los platillos, el plato principal y los postres. Y, como toda división, auspicia la disputa de otro orden –sociopolítico- en donde los sujetos se separan a costa de tributar un espacio ideológico para un gobierno de turno, para un Ideal elevado –llamémosle Jehová, llamémosle Alá- o (como lo piensa Eduardo Galeano) para el dinero en juego del momento: esto es, para el robo. Más allá del plano sociológico que podamos analizar en esta excelente obra –harto más de novela poética que de deslumbrantes actuaciones- podemos entroncarnos el plano freudiano de su problemática.
por Mónica Fudin Govednik
Del drama a la tragedia, de la comedia a la sátira, de la aventura al misterio, del dolor al amor, del terror al espanto, todas las pasiones del hombre se ven reflejadas en el cine, todos los fenómenos de la naturaleza, las ficciones y documentales y representadas con mayor o menor veladura simbólica. Entendidos, legos, aficionados, profesionales, comparten en el algún momento el goce de sentarse frente a la pantalla esperando ser sorprendidos por aquello que se dará a ver y por el efecto producido por alguna historia.