Colaboraciones

por Omar Daniel Fernández
Como el discurso propio de este dispositivo no es el discurso Amo, ni el Universitario, ni el Histérico, y habíamos dicho que tampoco es el discurso Analítico en términos de que si bien es transferencial, no lo es en términos del S.s.S., por lo tanto el pedido de supervisión no configura jamás una “demanda de Supervisión”, en todo caso, la demanda que se instituye, es una “demanda de separación” para poder seguir ocupando el lugar de objeto transferencial.
por Patrick Kavanaugh
A primera vista, podría parecer que la comunidad analítica está en un estado de caos como consecuencia de estas diferencias filosóficas irreconciliables entre estas diferentes formas de pensamiento. Después de todo, estas psicologías asumen una comprensión diferente a cerca de la naturaleza básica de las personas; también tienen diferentes métodos para conocer sobre las personas y asumen propósitos y objetivos diferentes para el discurso analítico. Sin embargo, al analizar más de cerca estas nuevas disciplinas, uno encuentra puntos de convergencia como por ejemplo, su preocupación por comprender las experiencias tal y como son vividas por la persona en la cotidianidad (Schneider, 1998).
por Patrick Kavanaugh
A través de los años, la identidad del analista se ha visto restringida por esta matriz médico- psiquiátrica; sin embargo, durante estos mismos años también se ha dado un despertar epistemológico en la comunidad analítica; un despertar creativo impulsado principalmente por el reconocimiento de que los fundamentos intelectuales de nuestra disciplina se quedaron anclados en la epistemología, en la ciencia y en la moral del siglo XIX.
por Sergio Zabalza
Si la psicosis muestra a cielo abierto la estructura del lenguaje operando en el viviente, podemos aprovechar para señalar que, en el archiparadigmático caso que el psicoanálisis toma para abordar el tema de la psicosis, el desencadenamiento comienza con una afirmación estética.
“ Qué hermoso sería ser la mujer en un acoplamiento” es un juicio estético tan válido como cualquier otro, salvo que para algunos sujetos puede implicar el desmembramiento de la personalidad. Se trata de ver, más allá del emisor del enunciado, quién es el que ocupa el lugar de agente en esa enunciación.
por Edit Beatriz Tendlarz
Levi fue deportado por judío y antifascista en 1944 para luego ser trasladado por Polonia, Rusia Blanca, Ucrania, Rumania y Hungría antes de regresar, después de la victoria aliada, a su Italia natal. Había nacido en Turín en el año 1919. Se suicidaría en 1987, en la misma ciudad y en el mismo departamento donde vivió gran parte de su vida.
por Alberto Sladogna
Freud inicia su obra canónica, La interpretación de los sueños (1900 -1899- ), con este epígrafe: Si no puedo convocar a las fuerzas celestiales, moveré a las del infierno. Se trata de una invocación a las fuerzas del averno ¿de cuál infierno? Del infierno de aquello que el llamó el inconsciente y sus manifestaciones, en particular, el deseo. ¿Dónde se ubica ese infierno?
por Jorge M. Helman
Esta pincelada clínica es el producto de un trabajo de supervisión realizado en el año 1988 en un hospital polivalente de la provincia de Buenos Aires (Argentina), y brotó como recuerdo de quien ahora escribe en respuesta a la invitación a hablar de testimonios de la clínica. Permite, gracias a la distancia, algunas reflexiones acerca de la práctica, ya que ésta tiene la bondad de despertar a algunos conceptos teóricos que suelen dormir en los libros. En esta dirección, se encamina este escrito.
por Horacio Salinas
El psicoanálisis, desde un punto de vista histórico, logra su inscripción en el campo de las disciplinas científicas justamente a partir de la excepción que como psicoterapia introduce en ellas, ya que deviene en aquella psicoterapia que interrogando el síntoma obtiene consecuencias. Una de ellas, por ejemplo, resultó ser el psicoanálisis mismo, en tanto que como excepción que introduce el caso por caso encierra en sí la continuidad cronológica de una práctica y su difusión, es decir la transmisión de una enseñanza.
por Mirta Goldstein
El trauma es sexual, ya que encuentra en la sexualidad infantil su sustrato
material. Ese sustrato material, es "cuerpo simbólico", significante
condición de lo inconsciente, y resto real: letra, condición del goce.
El fantasma orienta la significación del trauma, el fantasma repite un saber
coagulado respecto de la causa del trauma en la novela familiar. Pero el
goce se muestra como un saber insabido que hace trastrabillar la certeza del
fantasma.
por Lucía R. Azaretzky
¿Cómo entender el advenimiento de objetos, dibujos, poesías, pinturas, esculturas, música, donde antes sólo teníamos el grito desesperado, el silencio tronante de la injuria y maldición del superyo en la nada de la debilidad mental, en el vaciamiento del vómito, el llenado de la cocaína, en el agujero de una úlcera sangrante?
¿Cómo entender el advenimiento de estos objetos en la más pura experiencia del NN, del sin nombre, fecha, o lugar de nacimiento, estado civil, instituyente del sujeto; ante lo fallido de un padre que no logra instituirse en tanto autoridad garante de la no disolución subjetiva en el vampirismo absoluto del Otro?