Introducción al Psicoanálisis

por Clara Rosenfeld
El cáncer irrumpe en todos los aspectos de la vida de los pacientes y sus familias y /o entorno. Engendra miedo, produce incertidumbre y crea significativas demandas para todos. Hoy en día esta enfermedad es más diagnosticable y tratable y el número de personas que sobreviven se ha incrementado. Sin embargo hay todavía un intenso temor que acompaña a su detección: miedo a la muerte, al dolor, a la pérdida de la independencia o del atractivo y al sufrimiento asociado al progreso de la enfermedad. Existen evidencias que cuanto más integrativo sea el abordaje a realizar, más posibilidades tiene el individuo de preservar calidad de vida para sí mismo y su entorno.
por Rafael Casajús
Alguien los otros días le decía a alguien, muy posmodernamente, “fijate, ten cuidado de lo que decís frente a tus hijos porque ellos sacan fotocopia de todo”. Es sin dudas un buen consejo no siempre seguido. Es muy común que los adultos digan “total no entiende”. Aún tratándose de un bebé es cierto que no entiende pero eso no significa que olvide y que por lo tanto algún día si pueda entender. Es lo que se llama un apres coup. Además tampoco hace falta que algún día entienda o no. Una de las tantas verdades que Freud tuvo para decirle al mundo de los adultos es que nos formamos no con otra cosa que con lo que vivimos. Justamente, vez pasada charlaba con una analista amiga sobre el ideal del yo y me dice: -“anoche me tuve que aguantar en una cena a un pesado que se pasó toda la noche contándome extrañado y esperando de mí una respuesta ¿por qué le había salido un hijo tan exitoso y respetable “como yo”, me decía el pesado, y otro tan desastroso? Y yo por supuesto que no le dije lo que pienso, y es que los dos hijos se parecen a él, los dos salen como él”-. Así es. Que él no se de cuenta de eso, no es más que lo que llamamos resistencia. No vamos ahora a meternos con quien tiene la culpa de qué. El hecho de que ocurra, que los hijos copien a los padres no es prueba de que el psicoanálisis sostenga que necesariamente así tenga que ser, sino que es simplemente, nada más ni nada menos, prueba de la existencia de una neurosis.
por Valeria Soledad Zaldivar Mir
P. es una paciente de 26 años de edad que nació con problemas motrices, por lo que se sometió a diferentes operaciones de cadera y realiza dos veces por semana tratamiento kinesiològico. Convive con sus padres y al preguntársele por el motivo de consulta refiere: “vengo por temas con mi familia, mis padres, todo”. Al realizar una interconsulta con su kinesiólogo, él despliega que P. podría realizar muchas actividades y moverse sola, pero no lo hace. Ella cuenta su miedo a moverse sola (siempre lo hace con su madre). Realizó sus estudios secundarios pero no hace ninguna actividad al momento de consultar. Su madre es intrusiva, P. expresa: “a veces me da la sensación que mi mamá quiere elegirme los novios”, “me jode que esté parando la oreja”, pero a la vez, ratifica con fallidos la relación simbiótica con esta “madre cocodrilo”. Al nombrar a su ex novio dice: “una vez LA llamé”, y al estar hablando de su madre dice: “ÈL salió a la mañana”… evidentemente P. LLAMABA a la madre, y hacía SALIR a su novio, que justamente terminó la relación con ella debido a la intrusión de su familia (especialmente su madre) en el vínculo de pareja.
por Fernanda Trezza
Hay un dicho popular que versa “cada casa es un mundo”; creo que la cuestión puede reducirse aún un poco más: cada pareja es un mundo (de hecho, sin exagerar, cada persona es un mundo). Entonces, cada encuentro de dos es absolutamente singular. Y bien, si llevamos esas particularidades al terreno de los conflictos que hay en una pareja veremos rápidamente que cada una tiene sus propios temas “candentes”. Así, mientras que algunos no suelen tener problemas de celos (por ejemplo), otros los padecen de modo enfermizo, o, mientras que algunos pelean una y otra vez por sus diferencias a la hora de la sexualidad, otros argumentan que si no fuera por el sexo posiblemente ya se hubieran separado hace tiempo. Ahora bien, del mismo modo en que sostengo que cada pareja es un mundo, también percibo que hay ciertas cosas que se repiten con bastante frecuencia en diferentes parejas, casi como leitmotiv de las relaciones amorosas. Hoy me voy a detener en un tema en particular, uno que a decir verdad es bastante amplio y que he decidido resumir bajo el siguiente título: “el conflicto de lo disparejo”; esto es, toda la gama de conflictos que se desprenden del hecho de que hombres y mujeres somos estructuralmente diferentes, es decir, esencialmente disparejos. (Aclaro que no voy a mencionar aquí cada una de las “delicias” conyugales que puede ocasionar esta disparidad, sino que me centraré particularmente en la incidencia de esta diferencia en relación al modo de amar). Por lo demás, me interesa esclarecer que si bien al hablar de “parejas” entiendo que el campo no se reduce per se a la pareja heterosexual, es en este caso el objeto de estudio que he elegido para cernir mi trabajo.
por María Fernanda Arias
El dispositivo utilizado para analizar los casos de niños y adolescentes en situación de calle con orientación psicoanalítica guarda características muy similares con el psicoanálisis tradicional. Si bien resulta imprescindible tomar en consideración el contexto determinante en el cual se encuentran inmersos, tampoco hay que olvidar que se trata efectivamente de sujetos atravesados y hablados por el lenguaje y que nos valemos del juego y el dibujo como instrumentos para acceder al conflicto y manifestación inconsciente como con cualquier otro paciente. A partir del abordaje de algunos casos desde el lugar de acompañante terapéutica, comprobé que resulta muy importante valernos de esta neurosis de la infancia que se está gestando y operar en ese preciso momento para intentar comenzar a generar algunos cambios de posición respecto del deseo y el goce del sujeto.
por Alejandro Potenzone
La paciente, a quien llamaremos Viviana, tiene 43 años, convive con su marido, no tiene hijos y se encuentra en tratamiento psiquiátrico con psicofármacos antidepresivos y antipsicoticos.
El motivo de consulta es por malestar en relación a: sensación de vacio, angustia, no querer salir de su casa para dar clases (computación), no querer ver a gente en la calle, ganas de dormir todo el día. Extraña a su marido, y se le hace necesario llamarlo varias veces al día, para sentirse acompañada. Además Viviana se produce cortes en los brazos, mas precisamente en sus muñecas sin poder saber la causa de dicha conducta.
por Mariana Gavotti
Me interesé en el tema de las adicciones a causa de los interrogantes y obstáculos que encuentro en mi propia clínica y a la dificultad que, en general, estas parecen representar. Digo parecen, porque frecuentemente no se explicita cual es la dificultad o las dificultades. No gozan de buena prensa, es un hecho. Y es habitual que los analistas encuentren interesante la investigación teórica, pero compleja la practica clínica. Es esta dificultad (la de precisar cual es la dificultad) una de las razones que me llevo a interesarme en el tema.
por Gretel Esandi
Impersonal, aburrido, solitario, no cesa de pensar, dubitativo, postergación del acto, metonimia: son algunas características que determinan al obsesivo en su más amplio espectro. Allí donde se lo llama habla sin sujeto, su yo aparece ausente en su relato. Busca certezas constantemente intentando saber sobre su ser y en el afán de encontrar garantías incansablemente cae preso de la angustia, ¿Pero en donde busca? Explora en el Otro la respuesta. Máquina colosal del control el obsesivo se empeña en calcular el goce del Otro. Historias fantásticas de rituales interminables que entorpecen su vida dedicada a la incógnita ¿Estoy vivo o muerto? Desde el paradigma de Hamlet ¿Ser o no ser? Superyó cruel, sádico y feroz que le exige gozar y a su vez lo culpa, siempre lo invita a saldar las deudas que el Nombre del Padre no “pagó”. ¿Che vuoi? ¿Hay alguien que pueda definir al ser del obsesivo? Aunque nadie lo defina solo se lo puede encontrar identificado con las heces, con la basura, con el resto, objeto degradado dónde la pulsión ha hecho de las suyas.
por Olga Cuadra
Este trabajo surgió a partir del seminario que dí durante el primer cuatrimestre en la EFBA,"El pago y el dinero como obstáculo en la dirección de la cura", el cual fue muy fructifero y debatido con los colegas que participaron en el mismo de manera muy activa, con sus interrogantes, planteos y viñetas clínicas, a ellos mi agradecimiento. Por qué hablar de ese tema no siendo unos de los cuatros conceptos fundamentales pero con seguridad el tema del pago y la deuda participa de modo regular en nuestra práctica y varias veces de manera de obstáculos. ¿Cuál es la función del dinero? se paga con dinero o este es subsumido a los matices de la pulsión o la economía libidinal de cada analizante ¿Hay otras formas de pago?.
por Daniel Fernández
Es sabido por todos los psicólogos que la problemática más común que lleva a una persona a hacer una consulta profesional suele estar vinculada, de un modo u otro, a la vida amorosa. Están aquellos que aman y se angustian porque no son retribuidos de igual forma, están los que sienten que han perdido el amor y les duele poner fin a una relación antes prometedora, están los que pese a amar y ser correspondidos encuentran diversos obstáculos por los cuales es difícil sobrellevar la relación y están aquellos otros que, contra viento y marea, buscan anhelantes a ese otro ser que los complete para poder así de nuevo enamorarse y alcanzar la tan esquiva felicidad. Sin embargo… ¿es posible hallar a alguien con tales características? ¿Es factible dar con ese alguien que complete nuestro ser? ¿Es acaso justo pretender que otro sea el responsable de nuestra felicidad?