Introducción al Psicoanálisis
por Sandra Larrachado
El psicoanálisis introduce una diferencia entre el cuerpo humano y el organismo viviente. Las leyes biológicas que gobierna a este último, el instinto que suministra al organismo un esquema de respuestas a las solicitudes internas que determina y sedimenta genéticamente, se cortocircuita por el encuentro con el significante, imprimiendo en las cosas humanas la marca del Otro, llegando a concluir que el cuerpo es el lugar del Otro, se establecerá así una inscripción simbólica a cambio de una pérdida de ser, una pérdida de goce. La pulsión en el ser humano y su apoyatura en la necesidad para hacerse luego independiente de la misma es lo que, en cada plato consumido, se pondrá de manifiesto en la película. Ese goce extrasignificante, no subordinado a las leyes de la civilización y al mismo tiempo inasimilable por el principio de placer, ese residuo de goce es lo que Lacan llamara Objeto Petit a.
por María Rosa Borgatello de Musolino
La cita del Seminario De un Otro al otro que enmarca esta Jornada, anticipa que Freud hace acontecimiento, con su descubrimiento de la función de lo inconsciente en una economía que nos permite apreciar nuestros comportamientos y nuestros pensamientos. Con ello, Lacan hace su aporte respecto de lo Real que, según expresa, “…está sometido a la interposición del funcionamiento conjunto de lo Simbólico y de lo Imaginario”.
Por lo cual, podemos afirmar que dicho acontecimiento ocurre cada vez que, en transferencia, un analizante realiza un acto de habla/palabra. Así aparece para el deseo, un sitio de acontecimiento. Este es el campo del Otro o campo de la verdad, que hace llegar al dicho el saber inconsciente que se juega sobre su campo.
El saber que menos se sabe, es la palabra –mot- afirmada como verdad del saber
por Rafael Casajús
Cuando nos acercamos por primera vez a los textos de Freud, y quizá durante mucho tiempo después, nos quedemos con una idea ciertamente petrificada de lo que es la represión y creamos que sucedió allá en la infancia de una vez y para siempre. No es así. La represión es algo que diariamente se renueva. Es un enorme trabajo en el que como sujetos nos esforzamos durante toda la vida. Tiene un sentido bien dinámico que implica un gasto energético proporcional al esfuerzo que se haga por “desalojar de la conciencia”. Es un gasto que parece presentar una paradoja porque busca conservar algo, algo que no se modifique y se conserve. Eso que se pretende conservar es un modo de goce. Como se sabe, la resistencia es la manifestación, la prueba en acto de que una modalidad de goce se perpetúe. “Este no cambia más”, me decía los otros días un amigo refiriéndose a un conocido en común. No deja de asombrarme que habiendo pasado décadas nos encontremos con alguien y en el momento que retomamos el contacto comprobamos que sigue hablando de lo mismo, quejándose de lo mismo, sufriendo y protestando de lo mismo que protestaba en la adolescencia. Es evidente que hay algo que no se gastó. Entiendo que un análisis es para eso, para gastar el goce que se preferiría no gastar. Como broma podemos decir que un análisis es para pegarle una gastada al yo.
por Daniel Fernández
Hablar de Psicoanálisis es hablar de profundidad, es hablar de las causas, de nuestra propia historia, no de la que preferimos o es más conveniente creer sino de nuestra verdadera historia, de la cual tenemos que hacernos cargo. Cómo decimos siempre en Psicoanálisis: se trata de recordar para no repetir.
Si pensamos ahora en la historia de este país, vemos que desde el 25 de mayo de 1810 pasaron muchas cosas, pero sobre todo pasaron dos historias: la que nos contaron y la verdadera. La verdadera, justamente, es aquella de la cual debemos hacernos cargo para no repetir los mismos errores como Nación.
En la escuela nos enseñaron que French y Berutti repartían escarapelas celestes y blancas, pero en realidad esa escarapela se creo tiempo después. Otras versiones indican que French y Berutti, mientras presionaban a los cabildantes para lograr la independencia lo que repartían como escarapelas eran cintas rojas y las repartían a sus aliados para no confundirlos y matarlos por error si era necesaria una revuelta. Y parece que de aquella independencia, en este país corrió mucha sangre, sangre del color de aquellas otras escarapelas.
También nos enseñaron en la escuela el himno a Sarmiento; pero después crecimos y descubrimos que entre una de las recomendaciones de Sarmiento a un sucesor, dijo: “No escatime en sangre de gaucho”. También fue Sarmiento quien pidió que le trajeran en un palo la cabeza de Chacho Peñalosa (un opositor). De nuevo sangre.
por Fernanda Trezza
... No hay una forma de hacer de un análisis; cada persona le imprime a su búsqueda su modo personal de manejarse en la vida, su manera de ser, de ver...Por eso, aunque hay ciertos momentos lógicos que forman parte del proceso inherente a un análisis, cada experiencia es absolutamente singular.... Son distintas las situaciones por las que alguien decide consultar; van desde la curiosidad de saber qué es ir a un psicólogo hasta las consultas que se precipitan en momentos críticos, límite, en de la vida de una persona (accidentes, pérdidas, ausencia de deseo, etc.) pasando por aquellos que llegan “porque los mandan”. De todos modos, el motivo por el que alguien llega no necesariamente se corresponde con el compromiso que luego asuma en relación con su búsqueda. Por ejemplo, alguien que va a un psicólogo para “cumplir”, porque lo mandan del colegio, del trabajo, etc., puede empezar a preguntarse cosas, a tener una posición activa respecto a querer saber qué le pasa. Por el contrario, puede ocurrir que alguien que llega con un nivel de angustia muy alto abandone el tratamiento en cuanto la angustia disminuya lo suficiente como para no resultarle insoportable. Por lo demás, es absolutamente respetable que cada persona llegue hasta donde quiera o pueda hacerlo, más allá de que uno pueda considerar, en tal o cual caso, que alguien podría llegar muy lejos si lograra liberarse, soltarse de ciertas ataduras. Pero siempre se trata de las decisiones del sujeto; siempre se ha tratado de eso.
por Aluminé Rodríguez Lima
La enfermedad orgánica grave en el niño es un tema que conmociona socialmente. ¿Cuál será el rol y la función del psicólogo en la interconsulta, frente a un chico con patología orgánica compleja? ¿Cómo trabajar cuando los tiempos son acotados? ¿Cómo se trabaja con niños donde prima lo orgánico con fuerte impacto subjetivo? Las enfermedades graves en niños suelen generar desarraigos, desmembramientos de familias y dificultades tanto económicas como sociales, ya que muchas familias deben viajar hasta la capital para ser atendidas en hospitales especializados y con la tecnología adecuada. El analista interviene con los pacientes de difícil manejo, los que no evolucionan más allá de los esfuerzos adecuados de la medicina y terapéutica propicia, niños que abandonan el seguimiento y control de su salud. El psicoanalista intenta dar respuestas a estos sucesos, a fin de que emerja la subjetividad. La enfermedad orgánica es vivida en muchos casos como una experiencia de pérdida con profunda implicancia subjetiva. Produciendo profundas heridas narcisistas que padecen los padres e hijos. Refiriéndonos a los padres, ellos deberán realizar el duelo por el cuerpo imaginario del bebé (padres lo han construido incluso antes del nacimiento del niño) y reconocer al bebé en su diferencia. Será un proceso doloroso y complejo para superar y aceptar, donde el sujeto enfermo se encuentra con su propia castración. La enfermedad lleva a los niños a confrontarse con un ambiente extraño e incomprensible, nos referimos tanto a la tecnología y aparatos que se utilizan en su cuerpo como el mismo hospital.
por Alfredo Palacios
En una anterior comunicación (2) relataba la sorpresa que me provocó hallar en el decir de los pacientes frases o palabras que contenían otro sentido al ser anagramados. Sentido este que guardaba significativa relación con la historia de dichos sujetos. Valga consignar que un anagrama es una palabra o frase que al ser transpuesta todas y cada una de sus letras forman otra palabra o frase. Mas adelante daré ejemplos de ello. Orienté mi búsqueda hacia la probable bibliografía a fin de enriquecerme. Nuevamente la sorpresa, felizmente, hizo presa de mí. Me encontré con el libro de Jean Starobinski “Las palabras bajo las palabras” (3) Starobinski relata que Ferdinand de Saussure al tiempo que realizaba su Curso de Lingüística General se interesó en los anagramas que halló en ciertas formas de versificación latina: los versos Saturninos. Este autor señala que lo conmovió a Ferdinand de Saussure pues ponía en entredicho la teoría del signo y la linealidad. Más aún cuando las pruebas se le amontonaban pasando por Ciceron, el latín y el griego. Ferdinand de Saussure en una carta fechada en 1906 dice: “He pasado dos meses interrogando al monstruo y operando solo a tientas contra él pero desde hace tres días no avanzo ni a golpes de artillería pesada” (4)
por Carla Riccono
Nos encontramos en la clínica, cada vez más, con una posición de los pacientes que no cesa de insistir y lleva a interrogarme acerca del lugar del analista incluso del psicoanálisis dentro de la práctica con pacientes toxicómanos.
Se escucha, de un modo más o menos velado, un pedido a adquirir un saber sobre una técnica de goce. Es decir, se presenta un sujeto que demanda poder volver a controlar aquello que en algún momento funcionó como muleta y con el tiempo falló, se tornó inmanejable e insoportable; apelando a un Otro que posibilite la vida con consumo, demandando un saber para que la técnica vuelva a funcionar. Ante esta posición se obstruye toda posibilidad de interrogación y de pérdida por parte del sujeto.
Grafican un poco esta idea frases de los paciente tales como:
“Vine acá para dejar la pasta base, la marihuana no la quiero dejar porque me hace bien”.
“Fumar un porro de vez en cuando no me hace mal”.
por Karina Pérez
Eric Laurent en una nota que publicó La Nación Revista en el año 2008 señalaba el papel esencial que la escuela desempeña en la civilización en nuestra época. Esta institución ha cobrado desde hace ya más de un siglo un papel fundamental en la articulación del lazo social. El rol que antaño jugaban otras instituciones tales como la religión, el ejército, la familia misma en la crianza de los niños , cada vez más fue recayendo en la institución escolar que ordena a los niños a partir de un saber. La escuela ha pasado a ser un lugar en el que se despliegan diferentes efectos del discurso contemporáneo, entre ellos la violencia ha irrumpido en el ámbito escolar. En la misma nota Laurent da una orientación muy precisa para pensar cuál es la posición que un analista debe tomar frente a estas coordenadas: “se trata de dar a los niños un lugar, y que no sea un lugar de desperdicio. Concebir un discurso que pueda alojarlos dentro de la economía global” (El subrayado es mío). Desde esta perspectiva me propongo presentar una entrevista dentro del gabinete escolar de una escuela periférica de la Provincia de Bs As, a sabiendas que no se trata de un estado definitivo de resolución del problema que ocasionaba un niño y que a su vez lo padecía. Cosa que fue posible al abrir un espacio para que su sufrimiento tuviera otra escucha.
por Edit Tendlarz y otros
¿Por qué nos parece oportuno hablar de “invención” para referirnos a la implementación de talleres con orientación psicoanalítica en un servicio hospitalario, de pacientes psicóticos crónicos? Jacques Alain Miller, en su texto “La invención Psicótica”, hace una diferencia entre creación e invención. En el primer significante alude al hacer algo desde la nada -en lo teológico se comprende bien esta diferencia. La invención se diferencia de la creación en tanto la primera se refiere a las distintas combinaciones de elementos ya existentes, ya creados.