Introducción al Psicoanálisis

por Aluminé Rodríguez Lima
La enfermedad orgánica grave en el niño es un tema que conmociona socialmente. ¿Cuál será el rol y la función del psicólogo en la interconsulta, frente a un chico con patología orgánica compleja? ¿Cómo trabajar cuando los tiempos son acotados? ¿Cómo se trabaja con niños donde prima lo orgánico con fuerte impacto subjetivo? Las enfermedades graves en niños suelen generar desarraigos, desmembramientos de familias y dificultades tanto económicas como sociales, ya que muchas familias deben viajar hasta la capital para ser atendidas en hospitales especializados y con la tecnología adecuada. El analista interviene con los pacientes de difícil manejo, los que no evolucionan más allá de los esfuerzos adecuados de la medicina y terapéutica propicia, niños que abandonan el seguimiento y control de su salud. El psicoanalista intenta dar respuestas a estos sucesos, a fin de que emerja la subjetividad. La enfermedad orgánica es vivida en muchos casos como una experiencia de pérdida con profunda implicancia subjetiva. Produciendo profundas heridas narcisistas que padecen los padres e hijos. Refiriéndonos a los padres, ellos deberán realizar el duelo por el cuerpo imaginario del bebé (padres lo han construido incluso antes del nacimiento del niño) y reconocer al bebé en su diferencia. Será un proceso doloroso y complejo para superar y aceptar, donde el sujeto enfermo se encuentra con su propia castración. La enfermedad lleva a los niños a confrontarse con un ambiente extraño e incomprensible, nos referimos tanto a la tecnología y aparatos que se utilizan en su cuerpo como el mismo hospital.
por Alfredo Palacios
En una anterior comunicación (2) relataba la sorpresa que me provocó hallar en el decir de los pacientes frases o palabras que contenían otro sentido al ser anagramados. Sentido este que guardaba significativa relación con la historia de dichos sujetos. Valga consignar que un anagrama es una palabra o frase que al ser transpuesta todas y cada una de sus letras forman otra palabra o frase. Mas adelante daré ejemplos de ello. Orienté mi búsqueda hacia la probable bibliografía a fin de enriquecerme. Nuevamente la sorpresa, felizmente, hizo presa de mí. Me encontré con el libro de Jean Starobinski “Las palabras bajo las palabras” (3) Starobinski relata que Ferdinand de Saussure al tiempo que realizaba su Curso de Lingüística General se interesó en los anagramas que halló en ciertas formas de versificación latina: los versos Saturninos. Este autor señala que lo conmovió a Ferdinand de Saussure pues ponía en entredicho la teoría del signo y la linealidad. Más aún cuando las pruebas se le amontonaban pasando por Ciceron, el latín y el griego. Ferdinand de Saussure en una carta fechada en 1906 dice: “He pasado dos meses interrogando al monstruo y operando solo a tientas contra él pero desde hace tres días no avanzo ni a golpes de artillería pesada” (4)
por Carla Riccono
Nos encontramos en la clínica, cada vez más, con una posición de los pacientes que no cesa de insistir y lleva a interrogarme acerca del lugar del analista incluso del psicoanálisis dentro de la práctica con pacientes toxicómanos.
Se escucha, de un modo más o menos velado, un pedido a adquirir un saber sobre una técnica de goce. Es decir, se presenta un sujeto que demanda poder volver a controlar aquello que en algún momento funcionó como muleta y con el tiempo falló, se tornó inmanejable e insoportable; apelando a un Otro que posibilite la vida con consumo, demandando un saber para que la técnica vuelva a funcionar. Ante esta posición se obstruye toda posibilidad de interrogación y de pérdida por parte del sujeto.
Grafican un poco esta idea frases de los paciente tales como:
“Vine acá para dejar la pasta base, la marihuana no la quiero dejar porque me hace bien”.
“Fumar un porro de vez en cuando no me hace mal”.
por Karina Pérez
Eric Laurent en una nota que publicó La Nación Revista en el año 2008 señalaba el papel esencial que la escuela desempeña en la civilización en nuestra época. Esta institución ha cobrado desde hace ya más de un siglo un papel fundamental en la articulación del lazo social. El rol que antaño jugaban otras instituciones tales como la religión, el ejército, la familia misma en la crianza de los niños , cada vez más fue recayendo en la institución escolar que ordena a los niños a partir de un saber. La escuela ha pasado a ser un lugar en el que se despliegan diferentes efectos del discurso contemporáneo, entre ellos la violencia ha irrumpido en el ámbito escolar. En la misma nota Laurent da una orientación muy precisa para pensar cuál es la posición que un analista debe tomar frente a estas coordenadas: “se trata de dar a los niños un lugar, y que no sea un lugar de desperdicio. Concebir un discurso que pueda alojarlos dentro de la economía global” (El subrayado es mío). Desde esta perspectiva me propongo presentar una entrevista dentro del gabinete escolar de una escuela periférica de la Provincia de Bs As, a sabiendas que no se trata de un estado definitivo de resolución del problema que ocasionaba un niño y que a su vez lo padecía. Cosa que fue posible al abrir un espacio para que su sufrimiento tuviera otra escucha.
por Edit Tendlarz y otros
¿Por qué nos parece oportuno hablar de “invención” para referirnos a la implementación de talleres con orientación psicoanalítica en un servicio hospitalario, de pacientes psicóticos crónicos? Jacques Alain Miller, en su texto “La invención Psicótica”, hace una diferencia entre creación e invención. En el primer significante alude al hacer algo desde la nada -en lo teológico se comprende bien esta diferencia. La invención se diferencia de la creación en tanto la primera se refiere a las distintas combinaciones de elementos ya existentes, ya creados.
por Claudio Deluca
Tal vez, la duda que persiste se relaciona con: ¿por qué sostuvo el paciente el enigma?, Aún provocándole angustia. ¿Por qué no satisfacer la curiosidad buscando la respuesta, la frase correcta? –Tengamos presente que había medios para averiguarlo-.
¿Hubiera tenido algún efecto subjetivo buscar la frase correcta?
Tal vez, al encontrarla hubiera sentido la satisfacción de la duda satisfecha, pero no hubiera producido el efecto de verdad que irrumpió en el registro inesperado por el yo y su rodeo.
Lo inconsciente no se hubiera producido buscando la verdad fáctica. Es incorrecto suponer que la verdad esta allí, y debemos ir a buscarla. Es en el acontecimiento creador y a la vez creado donde destella la producción inconsciente.
Hubo intentos por recordar, pero, ¿qué se interpuso para que no se logre? Veamos: entre el intento por recordar y lo real traumático perdido por estructura, queda la verdad –en este caso la frase-, la cual surge, pero a la manera de un oráculo, ya que no dice a quienes dejar ó a quienes cuesta mucho dejar.
La pérdida estructural, momento lógico del origen de lo traumático es inaccesible para el rodeo voluntario de la conciencia. Siempre se buscará por los caminos de las falsas conexiones, dando como resultado el extravío del sujeto.
Solo el dispositivo promueve a través del discurso silente del analista la posibilidad de producción subjetiva, en ese momento actual, sincrónico se producirá un saber verdadero.
Discurso silente en línea con la docta ignorancia que parte de la premisa de olvidar lo que se sabe.
por Vanina Daraio
El Edipo freudiano, podría decirse, con relación a la formalización propuesta por Lacan implica al significante del Nombre del Padre en tanto significante que opera en la transmisión de la Ley y ordena el mundo simbólico del sujeto, poniéndose esto en juego, en las coordenadas subjetivas que serán consideradas en la clínica psicoanalítica.
Se trata entonces del padre simbólico, al respecto Liliana Szapiro dice: Es importante recordar que la función fundante de la cadena significante que posibilita la operación del sujeto es la función paterna”.
Padre simbólico que impone la ley y regula el deseo, ley en el plano simbólico. Formalización del Edipo propuesta por Lacan en su desarrollo de la Metáfora Paterna, función del padre en tanto significante que limita el deseo de la madre.
En "De una Cuestión Preliminar ", se trata del significante del nombre del padre en tanto significante que en el Otro como lugar del lenguaje, es el Otro como función de la ley. Habrá entonces normalización de la sexuación, un goce acotado, goce que se faliciza, es enmarcado, limitado por este significante, produciéndose un efecto de anclaje a una significación central común: la significación fálica.
por Daniel Argibay
Ya antes de los año 30, S. Freud propone una relación entre la adicción y la espiritualidad. Se trata de una correspondencia que hace el padre del psicoanálisis entre los narcóticos y los consuelos religiosos, la adicción y la religiosidad. “Evidentemente, el hombre se encontrará así en una difícil situación: tendrá que confesarse su total desvalimiento, su nimiedad dentro de la fabrica del universo; dejará de ser el centro de la creación, el objeto de los tiernos cuidados de una providencia bondadosa.” Pareciera que el hombre no puede abstenerse del consuelo de la ilusión religiosa tanto como del uso de sustancias adictivas. La una como las otras están siéndole precario sopote para intentar tolerar la realidad, las fallas, los límites, el fin. Es en la adolescencia, esta etapa que en algunos, cada vez mas, es temprana en comenzar (9/ 10 años) y tarde en finalizar (35/45 años), donde el sujeto debería poder ya valerse y cuidarse por si mismo que aparecen junto con el consumo y el abuso, las adicciones. Esto, que suena muchas veces como una sola cosa, no lo es. El consumo no es lo mismo que el abuso y el abuso no es lo mismo que la adicción. El consumo continuo puede llevar a la satisfacción sustitutiva; el abuso en cambio conduce al total aturdimiento, a la absoluta insensibilidad y puede terminar con la vida. Pero la adicción es otra cosa, La “a-dicción es, en tanto acto, una puesta en juego del destino del sujeto. No importa ya que es lo que el “a-dicto” no puede decir acerca de si mismo, no se trata de silencio de palabras, sino del lugar que ocupa en el destino de si mismo cada uno de estos seres humanos.
por Edit Beatriz Tendlarz
La palabra “perversión” siempre ha tenido en psicoanálisis una carga díscola de interpretaciones. Ese carácter díscolo se multiplica al exterior del campo psicoanalítico, en el llamado lenguaje corriente. Por eso mismo, porque se trata de un término inevitable, con peso propio y usos que a veces pueden parecer insólitos para los legos, resulta importante analizarla y evitar malentendidos, malentendidos incluso psicoanalíticos, de algo que ha sido desde sus orígenes fuente de innumerables dificultades.
por Jorge M. Helman
Élisabeth Roudinesco implementa un concepto muy fértil con relación a la generosa obra de Lacan (¡tan abundante como la de Freud, ya que se expandieron ambas a lo largo de casi cuarenta años!); se trata de la noción de relevo teórico, que también puede ser designado como giro semántico. Es posible utilizar una unidad semántica para darle un significado y luego mudar los contenidos de la definición haciendo permanecer a dicha unidad de forma imperturbable.
Voy a ilustrar lo antedicho con el concepto freudiano de INCONSCIENTE. Erróneamente se podría pensar que éste se extendió inconmovible a lo largo de toda su escritura. Esto no es así; por el contrario, encontramos en Freud cuatro definiciones distintas de Inconsciente que se han desplegado en diferentes épocas.
¿Cuáles son? Tenemos un primer momento que se vincula con el rellenado de las huellas mnémicas. Recordemos, en todo caso, la designación, que él implementa junto a Breuer, acerca del grupo psíquico separado, aquello que se había exiliado de la conciencia, se había fugado y había construido un grupo psíquico separado. La terapéutica, por aquellos tiempos, consistía, precisamente, en el rellenado de las huellas mnémicas. Este es el embrión del concepto de inconsciente (¡aunque no aparezca aún la palabra!); luego, éste surgirá con la nomenclatura de inconsciente descriptivo y, posteriormente, como inconsciente económico, dinámico y tópico.