Introducción al Psicoanálisis
por Susana Díaz
por Oscar Mario Gutiérrez Segú
El tratamiento de la toxicomanía debe ser entendido como un proceso terapéutico que se desarrolla durante un tiempo que nunca es breve.
Esta visión se deriva de la concepción de la fenomenología adictiva como una consecuencia de un padecimiento subjetivo que emana de diferentes estructuras clínicas, que encuentran en el recurso al tóxico una vía de alivio y de satisfacción inicial importantes.
En este proceso se pueden diferenciar tres fases, que parafraseando a Lacán, nominamos como “el instante de ver”, “el tiempo de comprender” y “el momento de concluir”. Nuestra comparación no es precisamente ingenua ya que implica una toma de posición en referencia a la concepción que tenemos tanto de la problemática adictiva como de las vías que se deben transitar en su abordaje.
por Edit Beatriz Tendlarz
por Claudio Deluca
En una sesión S. se refería a sus dificultades para hablar de su historia familiar, ya que no le “creía nada” a sus padres.
¡De pronto! ... Un sonido irrumpe abruptamente en el lugar, haciendo que S. comience a buscar algo desesperadamente entre sus ropas. Saca el elemento portador del inoportuno sonido, dice unas palabras, lo vuelve a guardar, quedando en silencio (...) Por lo tanto, si la sesión analítica es un corte en la linealidad témporo-espacial, la mencionada llamada al teléfono celular de S. logró suturar el corte, la escansión producidos por el dispositivo analítico.
El tiempo y espacio “exteriores”, que deberían haber quedado suspendidos, irrumpieron violentamente volviendo al cauce de la temporalidad lineal que el procedimiento analítico había puesto entre paréntesis.
Un colaborador “exterior” precipitó el cierre del inconsciente.
por Rosa Aksenchuk
Se trata de una política del “todo vale”, una incitación al "goce Uno-Todo es posible" que provoca un debilitamiento del universo simbólico y de los ideales sobre los cuales constituir síntomas, consecuencia de ello es la gran cantidad de conductas del orden de la impulsividad de distintos tipos y gradientes que van desde la manera de conducir que lleva a la muerte, a la forma de ingerir alimentos, bebidas, tóxicos. La exigencia de prontitud y eficacia en la remisión sintomática impuesta por el sistema constituye otro de los factores con consecuencias nefastas. Asentada en una política de goce estratégicamente calculada y apoyada desde los massmedia, que incitan a un inescrupuloso consumo de fármacos, suturan toda posibilidad de apertura a la reflexión y a los interrogantes que un sujeto pueda formularse acerca de su padecer. La contracara de estas grandes voces superyoicas que instigan al goce supone un precio muy alto a pagar: la insatisfacción generalizada y las conductas suicidógenas.Violencia. Desocupación. Un mundo mediático que entroniza la hegemonía de imágenes evanescentes, fugaces, y carente de reflexiones consistentes sobre la existencia da cuenta de la desvalorización de la Palabra.
por Patricia Polari
En la comunicación de un caso clínico hay resistencias estructurales que llevan a ordenarlo en un cuadro sin fisura. El caso tiene que tener atractivo, y las intervenciones del analista, incluidos sus yerros y desorientaciones, deben parecer encajar en él. Como en el análisis de control, en los ateneos clínicos y en la escritura de casos, el analista que expone pasa al lugar de analizante –habla de sí mismo–. Hace su prueba en la transferencia desde un sitio de Yo ideal, hace la prueba de su aprobación por el Ideal del yo. Por supuesto, el relato del relatoen las comunicaciones clínicas tiene finalidades y consecuencias distintas de las del análisis de control, pero no es el tema de este comentario.
por Gabriela Trapero
por Oscar Mario Gutiérrez Segú
El inicio de un tratamiento de adicciones implica necesariamente el establecimiento de una situación de abstinencia, que por una parte hace que el sujeto comience a poder utilizar su cabeza en el pensar que hasta ese momento se encuentra detenido por el consumo de la o las substancias ( no olvidemos que manifiestamente el consumo es utilizado como el modo de eludir el pensar) Por este motivo es imprescindible que la abstinencia o al menos el intento de establecerla sea producto de una decisión de sujeto ya que deberá enfrentar algunas consecuencias de su acto.
por Alicia R. Álvarez
Retomemos la pregunta que se le hace a Lacan en Radiofonía:
“Tanto el psicoanálisis como la psicoterapia sólo actúan por medio de palabras. Sin embargo se oponen ¿En qué?”
En la respuesta de Lacan se establece una divisoria de aguas a partir de las dos vertientes que la estructura emite, es decir, el lenguaje: ir por el sentido concierne a la psicoterapia; dar lugar al no-sentido concierne al psicoanálisis.
Queda claro, no se trata de una diferencia meramente técnica: por ejemplo el uso del diván.
Ir por la vía del sentido conduce al buen sentido, al así llamado sentido común, campo de la sugestión en tanto intento de llenar el vacío de la no relación sexual. Desde esa perspectiva es que la psicoterapia no sólo no alcanza sino que retrotrae a lo peor.
por Laura María Elena Martínez
El inconsciente como máximo exponente del uno por uno, iría absoluta y radicalmente a contrapelo de la conducta, factible de adoctrinar para adherir a una masa que actúe “como corresponde” adquiriendo bienes y objetos, sin elegir, sin pensar, todo esta allí ya armado en una vidriera sin fin, al alcance de la mano, para su adquisicion, aun antes de necesitarlo.
La conducta adaptada a un sistema para el supuesto equilibrio, ya no de la persona sino de un sistema, no logra sin embargo acallar totalmente el dolor, ese que es de cada uno, ese que se hace escuchar de un modo muy particular para cada quien.
Por mas fármacos con los que se intente unificar el dolor, por mas enfermedades endémicas que surjan de laboratorios como fue el sida, no se ha podido, aun, eliminar por completo el modo particular que adquiere el padecimiento para cada uno.