Introducción al Psicoanálisis

por Gabriela López
por Diana Paulozky
por Guillermina Ritsch
por Norma Gentili
Lacan nos llama la atención sobre la diferencia entre el Superyo y el Ideal del Yo: “No se si han advertido aun lo siguiente: existen dos concepciones que, apenas introducidas en una dialéctica cualquiera para explicar un comportamiento enfermo, parecen dirigirse exactamente en sentido contrario. El Superyo es coercitivo. El Ideal del Yo es exaltante”. Son estas cosas que tendemos a eliminar, al pasar de un término a otro como si fueran sinónimos. Se trata de una cuestión que valdrá la pena plantear a propósito de la relación transferencial. Cuando se busca el fundamento de la acción terapéutica, suele decirse que el sujeto identifica al analista con su Superyo o por el contrario con el Ideal del Yo y en el mismo texto un término sustituye a otro.
por Pablo Diego Muñoz
Es notable que Lacan se sirva del concepto de pasaje al acto para hablar de la posición de Freud en el fracaso del análisis de la inmortalizada “joven” homosexual. Llama pasaje al acto no sólo a la célebre tentativa suicida de la paciente sino a la “decisión” de Freud -en su análisis- de derivarla a una analista mujer. Esta operación es efectuada en el Seminario 10; y la brújula para orientarse es el problema del manejo de la transferencia. Intentaré aquí dar las coordenadas de la “caída” de ese tratamiento que pudo haber sido.
por Alejandra Breglia
Advertir el trabajo de reorganización que operó Jacques Lacan sobre el padre del Edipo freudiano, implica situar el trayecto seguido por él en relación al Nombre del Padre a lo largo de su obra, hasta orientar el psicoanálisis lacaniano en un más allá. Un primer momento, ubicado en la concepción de la metáfora paterna; otro momento, en el viraje que plantea el paso del mito a la estructura; como así también, el movimiento que va de lo singular a lo plural; y por último, la conceptualización del padre en relación a la causa.
por Oscar Mario Gutiérrez Segú
Hay dos principios a los que se encuentran sometidas las diferentes estructuras en cuanto tales: en primer lugar, no son intercambiables entre sí; en segundo término, no son susceptibles de modificaciones en el sentido de que no es posible la introducción de modificaciones o rectificaciones de lo que se encuentra definido estructuralmente.
por Alicia Lowenstein
por Mónica Federmann
El hilo conductor del material es el imperativo superyoico que ordena hazlo, goza y que dictamina “el deber ser y el deber hacer”, como si fuese posible obturar con los objetos sustitutos que el mercado propone consumir, la falta estructural que nos constituye, a partir de la incorporación al viviente de la palabra y la pérdida de goce. Ese real que puede ser bordeado por el significante, pero que en si mismo es imposible de nombrar. La compulsión al consumo, amo de la época y la culpa asociada al no cumplir los mandatos, retroalimentaría el circuito colocando al sujeto/objeto de la demanda del amo capitalista. El texto, además, hace referencia al cuerpo y todos los cuidados al respecto. Teniendo en cuenta que el mismo, hoy, es sede de múltiples prácticas: dietas, lipoesculturas, gimnasia, etc. Para sostener en el escenario “el ideal de la eterna juventud” como tan bien lo anticipara, Oscar Wilde en la novela “El retrato de Dorian Gray” y a la “belleza” de acuerdo a características falicizadas por el modelo; promoviendo el consumo, el plus de goce y llegando en ocasiones, al sin límites de apostar la vida en la anorexia y en el quirófano.
por José Antonio Vidal
El principio de la división subjetiva es la manifestación constante de un saber no sabido que surge de los dichos del sujeto. Dicho de otro modo, cuando el sujeto habla dice cosas más allá de lo que conoce, hace evidente la estructura de lenguaje del inconsciente y eso es algo que se presta muy bien para la interpretación.
Y fue justamente esto lo que Freud pudo encontrar en sus primeras histéricas, que los síntomas podían desaparecer si eran descifrados por la vía de la Interpretación.
Esta experiencia de la división subjetiva es compartida con las psicoterapias en tanto ellas también hacen uso de la palabra. Basta con que el sujeto hable para que estas condiciones mínimas se establezcan. Son, si se quiere, las condiciones de sugestionabilidad que el uso de la palabra favorece de manera privilegiada...