Introducción al Psicoanálisis

por Ana María Sendon
por Pablo Eugenio Grosz Schwarz
El cuerpo es incluido en la clínica a partir de la histeria. Cuerpo imaginario en la histeria que ilusionaba tanto al médico como al paciente. Tanto el antiguo médico egipcio como el griego, sostenían una anatomía imaginaria resistente a la investigación y disección del cuerpo: sostenían que el útero migraba por el cuerpo. La histeria apunta siempre hacia un saber imaginario, simbólico y real acerca del cuerpo. Hasta hoy suele confundirse en medicina el correlato corporal con una relación causal. La histeria ha podido enseñar a quien quiso, acerca de lo simbólico del síntoma que toma cuerpo. Relativamente menor ha sido la investigación del síntoma en la neurosis obsesiva (n.o.) sin embargo existen algunos antecedentes fundamentales, para considerar el tema que lo distinguen de la histeria.
por Manfredo Teicher
Tras nacer, cuando aprende a hablar, un niño dice lo que se le antoja sin ningún análisis previo. Al elaborar el Complejo de Edipo, la educación “socializa” al infante, le enseña lo que puede y debe decir, pensar, hacer y lo que no. Se le dice: no hay que mentir, la verdad debe ser sagrada. Al mismo tiempo se le dice: ¡eso no se dice! Por miedo (al desamparo, al desprecio, al rechazo, al Complejo de Castración) una criatura se somete y aprende a “portarse bien”. Hay cosas que no se deben decir. Entonces aprende y comienza a mentir, para mostrar que se “porta bien”. También se va auto convenciendo, se miente a sí mismo. "
por Marta Kreiselman de Mosner
por María Rosa Borgatello de Musolino
Una joven analista trae a su análisis de control un caso que la inquieta. En realidad, lo que la inquieta son los resultados de sus intervenciones, a pesar de la poca participación de sus padres. Afortunadamente, sin pretender saber nada se dejó arrasar por la transferencia del pequeño. Ni siquiera atendió a un diagnóstico de psicosis. Sólo lo escuchó y lo dejó hablar.
por Maite Fernández Soriano
por Diego Mosner
El analista, en su consultorio, se pregunta por la incidencia de factores como crisis económicas, estallidos sociales, nuevas modas e ideologías en las mentes de los pacientes... y en la propia. ¿No es habitual las quejas de los pacientes que ganan poca plata o que no tienen trabajo, o referencias a un hecho injusto que leyeron en el diario o vieron en la televisión? Nuestros pacientes adolescentes: ¿No cambian de ropa, peinados e intentan modificar su cuerpo en metamorfosis? ¿No hay algún paciente que diga cosas“ a esos negritos hay que matarlos cuando nacen” u otras expresiones que revelan prejuicios? El analista entonces piensa: “ Tengo que conseguirle trabajo a este paciente, ¡pobre! las condiciones en la que vive."
por Sergio Zabalza
Bien, hablábamos del mito, quizá la mejor forma de hacerlo es mintiendo y el engaño más escandaloso que podría formularles sería que comenzaré por el principio. Sin embargo, al denunciar esta falsedad, estoy diciéndoles: “Yo miento”. Lacan le dedicó varios pasajes en su enseñanza a este enunciado. Dice que si bien los lógicos lo consideran una paradoja sin embargo él desestima esta concepción, y expresa que se trata del enunciado más verdadero que puede formularse, ya que hace patente el tropiezo que la represión primaria inflige en el lenguaje, atestiguado por esa hiancia entre enunciado y enunciación.
por María Rosa Borgatello de Musolino
¿Cuál es la diferencia entre niños y adultos como sujetos de lo inconsciente y del deseo?. ¿es el niño una especie de sujeto mítico al que le faltan goces, inscripciones, marcas, deseo, demandas, transferencia o fantasmas que habría que construir en el análisis?. Porque tiene que ser traído y le pagan el análisis, ¿viene o lo traen en representación del síntoma de su familia?, ¿es el representante de sus padres, del colegio o de la institución donde hace síntoma?. ¿El analista tiene que complacer-los, anal-izando al niño a la categoría de objeto?. ¿Será el niño en análisis, una creación de los psicoanalistas de niños?
por Osvaldo Delgado